De orfebrería románica excepcional, rico y primoroso, fue donado en 1063 por la infanta leonesa Urraca (1033-1101) en la consagración de la Real Colegiata de San Isidoro de León, donde aún se conserva. La Infanta donó sus propias joyas para la elaboración del Cáliz y en él aparece como donante. Investigaciones recientes indican que es el auténtico Grial o el cáliz usado por Jesucristo en la última cena.
La donante. Urraca – Infanta de León
Doña Urraca fue infanta de León, hija del rey Fernando I de León y de su esposa la reina Sancha. Heredó Zamora tras el reparto realizado por su padre antes de fallecer con lo que se convirtió en reina de Zamora.
Descripción
Está formado por dos cuencos antiguos de ágata-ónice; el superior y el que le sirve de peana. Ambos cuencos estaban mutilados y desconchados antes de la elaboración del cáliz por lo que se desconoce porque doña Urraca entregó a sus orfebres algo que carecía de valor.
Con unas dimensiones de 185 mm de altura y 120 de ancho es único por su labor, riqueza y rareza. Hoy es el símbolo de la Real Colegiata de San Isidoro de León por su gran carga eucarística y la joya de las grandes solemnidades y conmemoraciones centenarias.
El oro está trabajado con gran delicadeza en filigranas que forman espirales, caracoles o espirales y arquillos.
Parte superior del Cáliz
El cuenco superior está recubierto interiormente y adornado exteriormente con oro.
Hay engarzadas quince grandes piedras, sobresaliendo dos perlas, una esmeralda y una amatista junto con un rostro humano de pasta vítrea a modo de camafeo. Las piedras son sujetas por un cordoncillo.
Nudo central y parte inferior
En el nudo central de unión en oro aparecen cuatro rombos esmaltados de color verde y otras quince piedras y perlas.
Su parte inferior está adornadacon arquillos otonianos en oro y deja al descubierto casi todo el ágata.
En la parte inferior del nudo aparece enmarcado en cordoncillos de oro y con relieve el nombre de la donante:
IN NOMINE D[OMINI]. VRRACA FREDINA[N]DI
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR, URRACA [LA HIJA] DE FERNANDO [I]
La patena robada del Cáliz
Su patena era también de oro pero fue robada en 1112 en las guerras entre las tropas del rey Alfonso I de Aragón y su esposa la reina leonesa Urraca, sobrina de la donante.
Se sustituyó por una de plata dorada de 175 mm de ancho con disco central de ónice y enriquecida con 24 piedras entre las cuales destacan dos cornalinas romanas, figuras de diosas, amatistas, esmeraldas y calcedonias.
El presagio del Grial
D. Antonio Viñayo (1922-2012) abad de la Real Colegiata de San Isidoro (1971-2003), académico de la Real Academia de la Historia desde 1957 y miembro numerario de la Real Academia de Doctores de España citó en su libro sobre San Isidoro de León en 1971 lo siguiente:
«….¿por qué los artífices de doña Urraca utilizaron como alma del cáliz, la joya más rica de sus talleres, un cuenco de piedra deteriorado y con antiguas heridas y cicatrices imposibles de ocultar y disimular?. ¿Acaso, como el Santo Grial, con el que mantiene afinidades de antigüedad y material de la copa, era una reliquia venerable que era forzoso conservar y enriquecer?
«….Un hallazgo inesperado o circunstancia favorable pudieran entregarnos la clave de esta enigmática joya pero bien parece que alguien la cante con la solemne entonación de Parsifal….»
Por fin, el hallazgo inesperado
Según indican los historiadores Margarita Torres y José Miguel Ortega en su libro «Los Reyes del Grial» fueron localizados en la Biblioteca Nacional de El Cairo unos documentos.
En ellos se indica que la copa adorada por los cristianos por haber pertenecido al mesías estaba en posesión del sultán de Denia y su intención era enviarla al rey de León , Fernando I el Magno.
En otro texto se indica que uno de los hombres de la expedición a Denia había desprendido un trozo de la copa y le fue enviada a Saladino.
En el año 2010 el cáliz fue desmontado para la realización de una réplica y pudo observarse que le faltaba una esquirla, lo que encajaría con esta teoría.